Es muy larga de contar, pero una vez en Chile, emprende junto a Marta, mi madre el proyecto de su vida, comenzando el año 1975 con un pequeño taller en el patio de mi abuela, su suegra. Con mi hermana jugábamos entre máquinas, telas e hilachas, mientras su proyecto crecía y se consolidaba.

Pasaron más de 4 décadas y a lo largo de esta trayectoria, el taller de pijamas creció, manteniendo el oficio y la calidad como foco principal, tanto en las telas como en su confección, así todo nuestro equipo logra un proceso detallado, casi artesanal, de un noble producto, que ayuda tanto a niños como adultos en uno de los grandes placeres de la vida: DORMIR BIEN.

Nabil siempre tuvo en cuenta que la calidad de los pijamas era excelente pero con desgastes inevitables por tanto uso. Así que recuerda que tenemos un servicio post venta, donde puedes recuperar tu pijama de la temporada pasada, con un simple cambio de patitas o cierre.